El hambre en el mundo supera los compromisos gubernamentales para luchar contra el flagelo. Foto: http://corresponsaldepaz.org. |
Por Apolinar Velazco
Cuando hablamos de alimentación y protección ambiental, hay dos cuestiones que chocan. Según los datos que maneja la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la población mundial aumenta a una tasa alarmante y si
esto no se detiene, tendremos grandes problemas principalmente en el suministro de alimentos. Cada vez se necesitará destinar más tierras
a
la agricultura y la ganadería,
favoreciendo la
pérdida de biodiversidad.
El quinto capítulo de su informe Nutrición Humana en el Mundo en Desarrollo, detalla que hace 2000 años la población mundial era cerca de 250
millones de personas. Pasando a 500 millones después de 16 siglos, en dos siglos y medio se duplicó para llegar a 1 000 millones en 1850, y nuevamente se duplicó en un siglo para alcanzar 2 000 millones de personas en 1950. Ahora la población
del
mundo se duplica cada 35 años y en 1990 llegó a 5 000
millones (Latham, 2002). El 30 de octubre de 2011, el Diario Milenio publicó en su página web la buena
nueva de que esta cifra alcanzó
el
record de 7 mil millones de humanos.
Este crecimiento población lleva consigo que más de la mitad de la superficie
de
la corteza terrestre haya sido destinada a la práctica de la agricultura (12%), la ganadería (25%) o la plantación de bosques artificiales (15%). Desgraciadamente,
este porcentaje continúa
en aumento y las
cifras
de
desforestación
llegan a números
alarmantes: 10 hectáreas
perdidas cada
minuto (BBC, 30 Nov 2011).
Cuando vemos que a principios de Siglo XX, sólo cuatro ciudades en el mundo compartían el honroso título de tener más de dos millones de habitantes y que actualmente esa
cantidad la superan más de 200, no queda otra cosa que pensar
que la
explosión humana seguirá
causando estragos
y
los pocos
"pulmones vegetales"
alrededor de las urbes pasarán a ser "vegetaciones de concreto".
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