sábado, 6 de abril de 2013

Centros de investigación, pilares en la gestión y análisis ambiental


Los centros de investigación son claves en la gestión y análisis ambiental. Foto: http://www.unionguanajuato.mx

Por Apolinar Velazco

El papel que juegan las instituciones de investigación en la gestión ambiental resulta ser preponderante, pues desde los estudios se logra establecer, dar precedentes, sugerir y exponer lo que se debe, se ha llevado y lo que se debería hacer en el camino por un mundo sostenible.

Se hace necesario que los centros donde convergen y confluyen las mentes “brillantes”, volteen la mirada al norte que el planeta demanda. Siempre se ha dicho que así como estamos no podemos seguir, pero qué pueden hacer los investigadores en esta interacción con la gestión. Es ése el objetivo de este ensayo.

            Gestión ambiental con innovación

Alicia Bárcena en su artículo "Principales desafíos ambientales en América Latina y el Caribe" describe este cometido al decir que, “el desarrollo sostenible debe convertirse en el pilar de la transición de la modernidad hacia una posmodernidad caracterizada por cambios en los modos de producción y consumo acompañados de la innovación tecnológica con fundamentos de sostenibilidad ambiental” (Bárcena, 2001: 91).

No podemos cambiar nuestra forma de actuar frente al deterioro ambiental si no cambiamos nuestra forma de producir lo que consumimos. En quién recae parte de esta responsabilidad, pues como lo presenta la entonces directora de la División de Medio Ambiente y Asentamientos Humanos de la CEPAL, en la innovación que los centros de investigación, los actores económicos y políticos, deben desarrollar.

Precisa además que, “la gestión ambiental como dimensión esencial del desarrollo sostenible demanda políticas públicas modernas acompañadas de conocimientos e instrumentos interdisciplinarios lo que implica un reto sociopolítico de gran envergadura al estar marcada por el conflicto de intereses de múltiples actores económicos” (Bárcena, 2001: 92).

La investigadora destaca el enorme desafío que tiene la gestión ambiental al haber lo que denomina, una disociación de las políticas públicas y las preferencias ciudadanas y añade que, “con motivo de la Conferencia de Río también se han incorporado al debate del desarrollo sostenible, en forma creciente, nuevos actores no-estatales, con especial gravitación en la comunidad científica...” (Bárcena, 2001: 92).

En esta carrera productiva y de manejo de parámetros gubernamentales con énfasis en el papel de los centros de investigación, señala aunque no directamente que,

“Desde esta perspectiva, con políticas e instituciones ambientales que se ocupen de los aspectos que el mercado no puede rectificar (generaciones futuras, daños irreversibles, etc.) y que generen señales correctas a los actores sociales y económicos debiera ser posible lograr crecimiento económico protegiendo la calidad del ambiente y la integridad del acervo de capital en su sentido más amplio” (Bárcena, 2001: 93).

En su análisis sobre el papel de las instituciones centradas en la investigación ambiental, sugiere que, “la apropiación de los beneficios de las aplicaciones comerciales de las nuevas biotecnologías es un tema emergente de gran importancia ecológica, económica y social que plantea grandes interrogantes” y concluye que interdisciplinas como “la agrobiodiversidad, genética vegetal (…) esenciales existentes hoy día es el resultado de miles de años de conocimiento que incluye la domesticación, conservación y desarrollo in situ de la biodiversidad agrícola” (Bárcena, 2001: 94).


Gestión ambiental, proceso dinámico

Otro colega suyo, ClaudioFriedmann (2001), quien en su momento era el director Asociación Interaméricanade Ingeniería Sanitaria (Aidis), define la Gestión Ambiental citando a Otero, 1997 como, “un proceso dinámico, donde pueden aplicarse algunos de los principios de la dirección de empresas. Las decisiones de inversión pueden orientarse hacia el mejoramiento continuo o la reingeniería de procesos o una combinación de ambas en función de la tasa de productividad global de las empresas”.

Acota además que son imprescindibles,
“espacio para investigación a diferentes niveles de físicos, matemáticos, ingenieros del conocimiento programadores, arquitectos geólogos, técnicos. Necesitamos en forma urgente resultados de que permitan reducir las perdidas de energía y las emisiones de todo tipo en minería, construcción, acuicultura, vitivinicultura, transporte, fundiciones, etc” (Friedmann,2001: 100)

Desde su perspectiva es urgente que los centros de investigación realicen la gestión que permita, si no eliminar, al menos mermar los problemas ambientales que como habitantes de esta tierra causamos a diario. “Está abierto el campo a las investigaciones socioeconómicas que calculen los costos privados y sociales de las medidas propuestas para mejorar y proteger nuestros ecosistemas” ( Friedmann, 2001:103).

Pone como ejemplos donde “existe un tremendo e imprescindible campo para la investigación”, principalmente, “desastres, vulnerabilidad, indicadores ambientales, de sustentabilidad, de racionalidad del uso de la tierra, la contaminación intradomiciliaria, soluciones, comparaciones y efectos en salud”.

“Nos evitaría recorrer los mismos caminos que siguieron los países desarrollados con sus errores y diferencias con nuestra realidad. Si tenemos un déficit tan importante, podríamos al menos mitigarlo al comprometernos con la disponibilidad de los resultados de las investigaciones y proyectos”, indica en su artículo publicado en la serie Seminarios y Conferencias de la CEPAL  al referirse a lo que se podría lograr al llevarlos a la investigación.

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