Los océanos "guardan" en su interior los ciclos climáticos pasados |
Por Apolinar Velazco
Los cambios de los estados climáticos del pasado
reciente de la atmósfera han sido memorizados por los océanos, quienes por
medio del almacenamiento de dichas propiedades atmosféricas, en una escala
temporal de varios siglos, cambian las condiciones del clima en el futuro.
A esta conclusión llegó Joachim
Ribbe, investigador de la University of
Southern Queensland, en su artículo “Cambio
Climático: ¿Qué está pasando en el océano?”, en el que además expone que,
“el agua que circula en el océano profundo actualmente, tuvo su último contacto
con la atmósfera varios siglos atrás”.
De igual manera describe en el texto publicado en
2001 en la revista Ciencia
al Día Internacional que, “la circulación
termohalina actual depende del balance de los flujos de calor y agua dulce
en el océano
Atlántico Norte”.
“Ambas propiedades controlan la densidad y
flotabilidad del agua oceánica superficial”, reitera el especialista en
Climatología y jefe del Departamento de Ciencias Físicas y Biológicas de dicha
universidad.
El catedrático adscrito a la Australian Meteorological and Oceanography
Society (AMOS), asegura que existe evidencia de que este balance ha sido
perturbado en el pasado.
“La circulación termohalina global colapsó en varias
ocasiones durante el pasado geológico de la tierra (…) mismo –que- puede
ocurrir en un periodo de tan sólo pocas décadas, un proceso rápido en
comparación con otros procesos geológicos”, explica el también miembro de la Deutsche Gesellschaft fur
Meeresforschung (DGM), con sede en Alemania.
Esto tendría graves consecuencias sobre las
condiciones atmosféricas locales y globales, por lo que acota que en la
actualidad se lleva a cabo una investigación en forma continua sobre la circulación
termohalina usando modelos oceánicos y climáticos.
Joachim Ribbe
dice que, “un número siempre creciente de observaciones del sistema
climático es utilizado para validar los resultados de estos modelos que son la
única herramienta de predicción de las consecuencias de un cambio climático
futuro”.
El catedrático quien ha enfocado sus investigaciones
en los procesos y modelados climáticos; la variabilidad del clima; la modelización
oceánica, el papel de los océanos en el sistema climático y el impacto
climático en los sistemas costeros; comenta que el clima terrestre
caracterizado por variables como la temperatura promedio de la superficie, sufre
variaciones en diferentes escalas de tiempo.
“Algunas de estas variaciones resultan en cambios
semipermanentes y por lo tanto resultan en cambios climáticos. Un ejemplo es el
paso de períodos glaciares a interglaciares y viceversa, que ocurre en escalas
de decenas de miles de años”, especifica.
Entre los estudios actuales, adiciona, se cuenta el programa de Variabilidad y Predicción del Clima
(Clivar), financiado con participación multinacional y el cual ha empezado
recientemente a estudiar todos los aspectos del clima terrestre por los
próximos diez años.
Al igual que otros especialistas en la materia, Ribbe
detalla, “el estado climatológico medio o estado de equilibrio del sistema
climático global está siendo activamente perturbado por la sociedad” y esto ha
venido sucediendo desde el comienzo del siglo XVIII con el uso masivo de
combustibles fósil como carbón, petróleo y gas.
“Los registros geológicos de temperatura atmosférica y concentración de
dióxido de carbono muestran una alta correlación entre ambos. Estos registros
se extienden por varias decenas de miles de años y parecen señalar que los
incrementos en dióxido de carbono son seguidos por aumento en la temperatura”,
asevera en su documento divulgativo.
Pero este esfuerzo para detectar la variabilidad climática
antropogénica por medio de observaciones, anota el maestro y PhD, se ha hecho
particularmente difícil debido a que el sistema climático exhibe variabilidad
en diferentes escalas de tiempo.
Y es que según él, “el rango de temperatura asociada
a tal variabilidad excede el cambio pronosticado, como consecuencia de los
gases de invernadero, en varios grados”, de tal manera que la variabilidad, “se
extiende desde ciclos diarios y estacionales a fenómenos interanuales como la Oscilación
Austral de El Niño, e incluso la Oscilación
del Atlántico Norte que tiene una escala temporal de varias décadas”.
“El océano compensa cualquier variabilidad de corto
término. Sin embargo perturbaciones persistentes en la atmósfera poseen impacto
a escala de la circulación global que a su vez retroalimenta la circulación
atmosférica”, precisa el investigador australiano.
El estudio de la variabilidad del clima y la
vigilancia global del sistema océano-atmósfera ha descubierto otras
perturbaciones del sistema climático global, tales como la Onda
Circumpolar Antártica, Oscilación del Atlántico Norte y Dipolo del Océano
Indico. “Estas perturbaciones son cambios del estado medio del clima que
ocurren cada 3-7 años o después de varias décadas”, indica.
Entre muchas otras cosas, puntualiza que, “la
formación de masas de agua en distintas regiones del océano es un mecanismo a
través del cual el cambio climático es llevado al interior del océano”.